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Comer conscientemente

Actualizado: 18 ago 2022

En primer lugar, sería aconsejable realizar un pequeño autoanálisis:


Pregúntate lo siguiente:


¿comes sin tener hambre con frecuencia?

¿obvias lo que la alimentación supone para tu salud y por tanto tienes tendencia a comer comida no saludable para ti?

¿comes deprisa, sin masticar y sin disfrutar?

¿no percibes cuándo estás saciado y paras de comer cuando te sientes empachado?

¿tienes tendencia a tener problemas digestivos?

¿sufres descontrol de tu peso y composición corporal?

¿abres la nevera para ver qué hay?

¿comes después de un enfado o cuando sientes ansiedad?

¿comes mientras trabajas?

¿te acabas el plato y no dejas sobras?

¿sales sin desayunar o no tuviste tiempo para almorzar y luego comes “cualquier cosa” para calmar el hambre


Comer conscientemente implica disfrutar de la comida, saborear cada bocado, tener el control sobre la alimentación, desvincular nuestro estado emocional de la comida. Es decir, disfrutar del arte de comer en sí, de una manera natural y consciente.


Al tener consciencia de lo que comemos bajamos el ritmo de nuestra vida, nos percatamos del proceso de preparación de nuestros alimentos, de elaboración de nuestros platos y de diseño de nuestro tamaño de ración.


Automáticamente nos calmamos y tomamos consciencia de un acto que repetimos cada día tres o más veces normalmente de forma autómata fuera de nuestra atención y control.


De esta manera, somos capaces de saborear nuestra comida para comer con conocimiento y satisfacción, en oposición a la gula, parando cuando nuestros cuerpos están satisfechos.


En resumen, supondría los siguientes beneficios:


- Comes cuando realmente tienes hambre

- Haces una selección de los alimentos que asimilas bien

- Comes lo que necesita tu cuerpo

- Disfrutas del placer de comer

- Sientes cuando estás saciado


Técnicas a implantar:


Come sentado y cómo, evita estar de pie, caminando o trabajando

Aliméntate en un lugar tranquilo, agradable y silencioso, sin estar estresado o enfadado.

Para todo lo que estés haciendo, ponte la mesa con tu ración de comida, siéntate y come tranquilo el tiempo que requieras


Prepara tu mesa, para un momento, conecta con tus emociones y sensaciones y pregúntate si tienes hambre o vas a comer para calmar una emoción

Si la respuesta es la segunda no comas; bebe agua, sal a pasear, distráete con algo que te haga sentir bien


Enfócate en comer, cuando comas centra tu atención en comer:

Evita realizar varias tareas a la vez.

Evita ver la TV, tablet, móvil, etc. mientras comes.


Come sin prisa, esto te ayuda a digerir los alimentos, a disfrutarlos, detectar la señal de saciedad y parar de comer cuando estés lleno.

Mastica conscientemente, cada bocado, de principio a fin.

Deja el tenedor en tu plato cada vez que comas.


Disfruta de la comida, saborea y siente las sensaciones que te aporta la comida

Dale sabor a tus platos con hierbas, especias, cítricos, frutos, vinagretas, …


Monitorea las emociones que sientes en relación con la comida, para ello puedes llevar un diario dietético


Percibe conscientemente cómo recibe tu cuerpo todo lo que comes (si aparecen ardores, gases, hinchazón, empacho… )


Si sientes goloseo al acabar tus comidas no dudes en tomarte una pieza de fruta.


Lávate los dientes cuando termines de comer.


Y, disfruta de vez en cuanto de tus antojos 😊


Evita:

  • Comer cuando estés aburrido, estresado, triste, enfadado.

  • Comer viendo la televisión.

  • Comer de pie.

  • Comer mientras cocinas o das de comer a tus hijos pequeños.

  • Comer deprisa sin masticar ni saborear tus platos.

  • Repetir cada día rutinas no saludables: por ejemplo, tomarte una galleta de chocolate siempre después de comer.

  • Servirte raciones muy grandes porque estás hambriento.


Ojos que no ven, corazón que no siente. Saca de tu vista y alcance alimentos no saludables para evitar caer en tentaciones o someter a tu fuerza de voluntad a presiones innecesarias.


 
 
 

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