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MITO ALIMENTARIO, EL CEREBRO NECESITA AZÚCAR


Uno de los mitos más extendidos es que el cerebro necesita azúcar como combustible.


La realidad es que lo que necesita el cerebro es glucosa la cual se encuentra disponible en los alimentos que son fuente de hidratos de carbono como pueden ser las frutas legumbres tubérculos verduras etcétera


¿Pero qué es la glucosa?


La glucosa es uno de los tres monosacáridos dietéticos, junto con fructosa y galactosa, que se absorben directamente al torrente sanguíneo durante la digestión. Las células lo utilizan como fuente primaria de energía y es un intermediario metabólico.


Es importante tener claro que los alimentos fuente de hidratos de carbono complejo ofrecen un suministro gradual y constante de glucosa al cerebro.


Por el contrario, el azúcar muy presente en alimentos ultraprocesados, bebidas azucaradas, golosinas, galletas… genera elevados picos de glucosa en sangre lo que implica una posterior liberación de insulina.


El que se genere en nuestro organismo estos vaivenes de glucosa e insulina hace que pueda producirse un mayor declive cognitivo e implica un incremento en el riesgo de desarrollo de ciertas patologías como puede ser el Alzheimer incluso en personas que no son diabéticas.


Al digerir el azúcar el intestino lo dividen en los monosacáridos que lo conforman que son la glucosa y la fructosa.

La glucosa puede ser utilizada como combustible por todas las células de nuestro organismo incluidas las neuronas.

La fructosa por el contrario es metabolizada principalmente por el hígado en un primer momento se convierte en glucógeno hepático para posteriormente liberarse en forma de glucosa al torrente sanguíneo

Cuando se produce la saturación de la capacidad del hígado para metabolizar esta fructosa lo que hace es convertirla en grasa hepática lo que conlleva la aparición de él hígado graso no alcohólico


La enfermedad de hígado graso no alcohólico (EHGNA) es la acumulación de grasa en el hígado que NO es causada por consumir demasiado alcohol. Las personas que la presentan no tienen antecedentes de consumo excesivo de alcohol. La EHGNA está estrechamente relacionada con el sobrepeso.


En muchas personas, la EHGNA no causa síntomas o problemas. Una forma más grave de la enfermedad se conoce como esteatohepatitis no alcohólica (EHNA). La EHNA puede causar insuficiencia hepática. También puede causar cáncer de hígado.


El consumo elevado de bebidas azucaradas o ultraprocesados ha disparado las tasas de hígado graso no alcohólico. Diversos estudios en animales predicen el desarrollo del Alzheimer tras la aparición de hígado graso por lo tanto puede resultar probable que suceda lo mismo en el ser humano


También es importante saber que el hígado puede producir glucosa a través de otras rutas metabólicas a partir del lactato de aminoácidos o de glicerol o incluso puede formar cuerpos de cetónicos que pueden ser utilizables por el cerebro.


¿Y la hiperinsulinemia?


Diversos autores consideran que la hiperinsulinemia, -que son niveles constantemente elevados de insulina en sangre- pueden ser la causa común de buena parte de enfermedades crónicas presentes en las sociedades occidentales en la actualidad como pueden ser cáncer diabetes tipo dos y enfermedad coronaria.


Hasta hace poco se consideraba que la insulina tenía un efecto limitado en el cerebro asociado principalmente a la sensación de saciedad a través del hipotálamo.

El hipotálamo por tanto juega un papel crucial en la regulación del control del ciclo del hambre y la saciedad.

No obstante, es importante saber que la resistencia a la insulina tiene más que ver con un superávit calórico constante que con el porcentaje de carbohidratos de la dieta.

Existen personas que tienen menos sensibilidad el carbohidrato por naturaleza y limitar su consumo les ayuda a bajar de peso y regular sus niveles de glucosa en sangre con más facilidad

pero como premisa ha de quedar claro que la restricción de carbohidratos siempre será más aconsejable en el caso de los carbohidratos más procesados donde se incluyen la bollería tanto industrial como casera


Como regla general el consumo de carbohidratos debería estar alineado con tu nivel de actividad física.


Cuanto más te muevas más glucosa captarán tus músculos y menos riesgo tendrás de que el exceso de insulina altere tu organismo.


 
 
 

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