¿Sabías que el deporte reduce la tristeza y la ansiedad?
- Pilar Pastor
- 24 ene 2024
- 2 Min. de lectura

Es bien conocido cómo el deporte y la actividad física son factores que pueden influir de manera positiva en la salud física en general ya que tiene un beneficio demostrado en enfermedades crónicas como la obesidad, el cáncer, la demencia...; pero además ejerce un importante impacto sobre la salud mental mejorando los estados depresivos, la ansiedad y reduciendo los niveles de estrés.
Además, se sabe que mejora las capacidades cognitivas, las habilidades sociales, el autoconcepto y la resiliencia.
Todo ello conlleva una suma de factores que implican una mejora sustancial en la calidad de vida del deportista. La sensación de bienestar físca, mental y emocional aparecen de manera innegable.
Es decir, la práctica deportiva genera una forma de bienestar en múltiples contextos donde se desarrolla una persona ya que se conoce a sí mismo tanto física como mentalmente y conoce sus habilidades internas mediante las cuales puede regular sus acciones. Se trataría por lo tanto, de una herramienta eficaz de aumento de autoestima.
No obstante, es necesario tener en cuenta que los beneficios que aporta la actividad deportiva se producirán cuando dicha actividad deportiva se realiza de manera moderada y bien planificada. Todo ello dentro de un contexto de autocuidado a nivel alimentario, de descanso y de gestión del estrés.
Es necesario tener en cuenta que cuando se realiza el ejercicio de manera intensa, excesiva o un sobre entrenamiento con exigencias atléticas muy altas pueden aparecer también estados obsesivos, de estrés, ansiedad y depresión. Esto puede ser debido al riguroso entrenamiento, la necesidad de éxito y superación, el miedo al fracaso, la presión externa,… todo ello pueden ser causas que determinen la aparición de estrés y que en última instancia pueden llevar al deportista a un estado de ansiedad o depresión.
Por lo tanto, es absolutamente recomendable implantar un programa integrado de actividad física dentro de una serie de pautas alimentarias (con alimentos que puedan contribuir a una mejora en los estados depresivos o de ansiedad, sumando o no ciertos suplementos) y conductuales de gestión de estrés, para con todo ello integrado, lograr una mejora en los estados anímicos de la persona en particular.
Sin lugar a dudas es necesario diseñarlo e implantarlo de manera particularizada en función de sus capacidades físicas y su carácter. Siendo conscientes de que aquellos que puedan tener un perfil más competitivo u obsesivo sería muy aconsejable que trabajaran herramientas para bajar los niveles de estrés ocasionados por la presión que pueda ejercer el deporte, de manera que logremos un equilibrio entre la autoexigencia y el grado de implantación deportiva sin que pueda ocasionar efectos perjudiciales a nivel emocional o mental.
Comments